Por: Julio Cesar Cuba Labaut
Fotos: Leonel Escalona Furones
Si no fuera porque ella misma confesó que llegó al sexto grado gracias ala Campañade Alfabetización, cualquiera diría que Urbana Pileta Pileta es poetiza de formación, graduada en una de las mejores escuelas de arte del país.
Y aunque no es así, a esa sencilla mujer que conocimos tras recogerla en la carretera que une aLa Máquina, capital del oriental municipio de Maisí, con Vertiente, en la provincia de Guantánamo, zona altamente productora de malanga en esa localidad, el talento para decir poemas y poesías le brota como agua de un manantial.
Cuando apenas llevaba unos minutos sentada en el vehículo en que andábamos, “soltó”, sin nadie esperárselo, un poema de su propia inspiración, cuyo contenido, entonación y fuerza expresiva no sólo sorprendieron sino hicieron vibrar de emoción a quienes tuvimos el privilegio de escucharla.
Deseosos de seguir oyéndola, pactamos una cita posterior para, al regreso de nuestra visita de trabajo a la citada comunidad, conversar un poco más con ella y de paso tomarle la tasa del inconfundible café de Maisí.
La obra de Urbana pudiera enriquecer el archivo histórico cultural de Maisí.
Sentados en el portal de su humilde y reluciente casita, Uva como también la llaman en el batey, según dice, a causa de una mata de uva caletas que crece frondosa en su entrada, la anciana de 70 años de edad intercala la amena charla con estrofas de poesías que recita de memoria.
Ramón, Antonio y René, también Gerardo y Fernando
aquí los estamos esperando todos los cubanos de pie,
pues sabemos responder cuando el imperio se ufana,
pero no nos da la gana porque quieren abusar,
que recuerden cuando Elián le ganamos la batalla.
“No soy poeta ni sé nada de arte, sólo digo lo que siento con poemas, las ideas me nacen fáciles y las ordeno en mi cabeza, nunca he escrito ninguna, por eso perdí la cuenta de las que sé”, dice, diminuta de estatura pero inmensa de sentimientos.
Urbana, nacida en 1942 en Cayo de Vertiente, en pleno lomerío maisiense, donde aún vive, es madre de siete hijos (perdió tres), de cuya educación y atención se encargó siempre como ama de casa:
“Les enseñé lo mismo que aprendí de mis padres: a ser honestos, trabajadores y respetuosos aún siendo pobres, aunque ellos tuvieron mejor suerte, pues Fidel yla Revoluciónle dieron la posibilidad de estudiar y prepararse, incluso este, señala a uno de los dos que viven con ella, cumplió misión internacionalista en Angola”, dice con visible orgullo.
“Hago todo lo de la casa, y atiendo unas cuantas matas de frijol, café, boniato que tengo en el patio, pero también busco los mandados, cuando ustedes me recogieron venía de buscar un poco de azúcar para el café enLa Maquina”, cuenta y retoma el tema que más le interesa: “Cuando pego la cabeza en mi almohada es como si alguien me dictara las palabras:
Han formado mil patrañas para a Cuba humillar,
ya no hallan que inventar esos asesinos gusanos,
que hasta a un niño de cinco años supieron secuestrar,
¿qué están dando a demostrar?, ¿dónde está su inteligencia?,
es que no tienen conciencia, vergüenza ni moral,
bien se van a equivocar porque a Cuba se respeta.
De la prodigiosa memoria y sobresalientes cualidades artísticas que distinguen a esta poetiza autodidacta dan fe quienes la escuchan recitar con armonía y fluidez, una tras otra, varias poesías dedicadas a Fidel y Raúl, los mártires de Punta del Silencio, Elián y a cada acontecimiento de relevancia que la inspira, como el caso de los Cinco Héroes cubanos presos y detenido injustamente en cárceles del Imperio.
Que lo sepan bien, que lo sepan, no nos van a intimidar,
tendrán que hundirse en el mar o perderse del planeta,
con sus trampas y torpezas, no nos van a acobardar,
pues tienen que regresar a esos cinco compatriotas a su patria tan hermosa,
que es donde tienen que estar, unidos a sus familiares y a su pueblo tan querido.
En los Estados Unidos no los pueden aguantar,
ese imperio criminal qué es lo que ha figurado,
a esos cinco encarcelados los tiene que regresar,
allá no deben estar porque ellos son cubanos,
aquí los esperamos porque tienen que volver,
así lo dijo Fidel, claro sí que volverán,
los infames criminales no los pueden retener,
que sepan bien esos asesinos fascistas que en Cuba no hay Batista,
sino un invencible Fidel que no se deja vencer de la mafia imperialista.
Cuando declama una dedicada a Elián, la que insiste escuchemos a pesar de nuestra premura, se le eriza la piel y se aguan sus ojos. “Fue una barbaridad lo que hicieron con el pequeño inocente y la repiten ahora con los Cinco, por eso no puedo callarme, seguiré diciendo poemas mientras la mente me de, todas defendiendo a mi Patria y su pueblo”, comenta.
Con sus poesías, Urbana acompaña desde antes del triunfo de la Revolución el quehacer de varias generaciones de cubanos y cubanas, por lo que alguien en Maisí debiera dedicarse a escribirlas para que no se pierda el valioso legado de la humilde maisiense que bien pudiera enriquecer el archivo histórico cultural de la localidad.