Por: Leonel Escalona Furones
Cuenta una vieja leyenda que en Baracoa se encuentran, entre otras, tres mentiras de la naturaleza, una Farola que no alumbra, un Río Miel que no es dulce y un Yunque que no es de hierro.
Pero lo cierto es que todo el que visita ese encantador municipio de Guantánamo, la más oriental provincia cubana, se queda maravillado de sus encantos naturales, únicos de su tipo en el país, a los que se une de manera armónica su ecléctica arquitectura.
Por lo que todo el que visita ese montañoso territorio se queda con los deseos de regresar, y no son pocos los que así lo hacen, incluso en reiteradas ocasiones.
En un reciente recorrido de trabajo por ese paraje tomamos algunas imágenes que demuestran lo anterior, ahora las compartimos con nuestros lectores.


Viaducto La Farola, fraude del pasado y realidad de la Revolución Cubana.

Río Miel.

El Yunque, peculiar montaña de Baracoa, monumento nacional.

Las Chivichanas se emplean en La Farola para el transporte de agua y productos agrícolas.


El Coco y Cacao son dos producciones que se emplean para elaborar el típico cucurucho y el delicioso peter de chocolate.

Los helechos alborecentes distinguen la flora baracoense.




Ejemplos sobresalientes de la arquitectura de Baracoa pueden encontrarse en el Hotel El Castillo, el fuerte La punta y otras edificaciones de la ciudad.

Mujeres lavanderas del río Toa, estampas únicas de Baracoa.

Bahía de Mata excelente para la pesca.

De sus bosques se obtienen variadas semillas de árboles y madera para la artesanía.